Enero es el mes de los propósitos y de marcarnos nuevos retos que deberemos llevar a cabo durante el año. Planificarlos no es lo más complicado sobre todo porque cuando comienza el mes de enero, pareciese que tuviésemos una energías renovadas o una inyección de ganas extras. Lo realmente difícil es ponerse a ello y sobre todo, no abandonar y perseverar. En los últimos año, el running se ha convertido en todo un movimiento, casi en una nueva forma de vida para muchos y para otros, algo muy deseado que llevar a cabo, pero como cualquier hábito, no es fácil perseverar en él y no abandonar y más cuando lo comenzamos en invierno.
Ahora, los días son más cortos, salir a correr por la mañana o por la tarde puede acarrear que sea aún de noche, las temperaturas son menos apacibles ya el frío arrecia y seguro que quedarse durmiendo un poco más calentitos en la cama o ir directamente a casa después del trabajo podría parecer un plan mucho más apetecible. Pero hay que empezar, ponerse a ello y sacar toda nuestra fuerza de voluntad para que, en poco tiempo, se convierta en agradable hábito que queremos seguir día a día hasta que solo, forme parte de nuestra vida y no podamos casi, vivir sin esa rutina saludable para nosotros. Recuerda que en solo 21 días, con 21 vez que hagamos algo, se convierte en un hábito.
Así que ahora, invierno, puede ser el mejor momento para comenzar con el running si es lo que te apetece disfrutar e implementar en tu día a día como algo saludable. Si comienzas ahora, para cuando llegue la primavera, podrás disfrutar de los días más largos, buenas temperaturas ya con un buen ritmo y superado el esfuerzo inicial y más complicado. Pongámonos en marcha y superemos los primeros días. Como se dice, nadie se convierte en runner quedándose en zapatillas en el sofá.
¿Cómo empezar la aventura de convertirte en runner?
Lo primero está en el papel. Márcate un reto para este año o quizás varios para que puedas ir subiendo poco a poco tus expectativas. Busca aquellas carreras en tu ciudad que consideres que podrás acometer en unos meses y márcate esas metas. Te ayudarán a esforzarte más y no dejarlo.
Lo siguiente que hay que hacer es fortalecer nuestro cuerpo. No podemos pasar de 0 a 100 de forma inminente. Poco a poco tendremos que poner nuestro cuerpo a tono y acudir al gym o hacer ejercicios básicos de piernas, pecho, brazos y core (abdominales, cadera y espalda). Es solo fortalecer y que tu cuerpo se prepare para una actividad física a la que no está habituado. Dos veces por semana, 30 minutos cada vez, es más que suficiente.
Cuando toque comenzar con lo que nos hemos propuesto, correr, hay que hacerlo poco a poco. La humildad es fundamental ante todo para ti. No creas que en el primer día podrás hacerte kilómetros así que ten paciencia y sé benévolo contigo mismo. Comienza por andar, como los niños, antes de correr siempre hay que aprender a andar y tener buen ritmo, así además evitarás posibles lesiones. Intercala tramos de trote con otros de solo andar: anda 10’, trota 1’, descansa 2’ así hasta llegar a 20’, un buen total para la primera sesión. Progresivamente ve subiendo los tiempos de cada sección y aumentar tus rutinas. Sin darte cuenta, estarás trotando 20 – 25 minutos sin que te suponga un esfuerzo.
Ahora ya estás listo para empezar con tu nuevo propósito de correr y no dejarlo al segundo día. Poco a poco es la clave esa y perseverancia. El invierno puede ayudarte más de lo que piensas, ponte como reto poder disfrutar en primavera de los bonitos días.