Geoparque de Cabo de Gata-Níjar. Almería. Foto por pixabay.com.
La Tierra tiene mucho que contar si nos fijamos en su superficie, y si a esta información geológica e histórica le sumamos un factor didáctico, de desarrollo y de conservación, entonces lo que nos encontramos es un geoparque.
España cuenta ni más ni menos que con 15 geoparques mundiales reconocidos por la UNESCO, espacios de extrema belleza natural que cuentan historias del pasado del planeta, de su formación, su evolución y sus habitantes. Lugares con un patrimonio geológico destacado a nivel internacional y de alto interés turístico para los amantes de la naturaleza. Un verdadero archivo geológico con el que conocer nuestro pasado de la mejor manera posible.
Fue declarado en 2006. En él vamos a poder disfrutar de sus viejos fondos marinos, ahora fosilizados en la roca caliza. De hecho estamos en el reino de los amonites. Disponemos de una buena red de senderos para recorrer sus montes y pasar por pueblos de fachadas blancas como Zuheros, Luque o Cabra.
Fue declarado en 2006. Uno de los paisajes más extremos y peculiares de la península ibérica, donde las aguas cristalinas bañan una costa volcánica respaldada por la llanura litoral de la Bahía de Almería. Es el espectacular resultado del choque tectónico entre África y Europa, donde los fenómenos geológicos nos llevan por dunas, albuferas y playas fósiles.
El flysch del Geoparque de la Costa Vasca. Foto por Turismo de Euskadi
Fue declarado en 2015. Un geoparque de altura donde encontramos algunos de los paisajes montañosos más hermosos del país. Un relieve abrupto y rebosante de vida compuesto por roca, vegetación y agua. El paraíso de los senderistas y el lugar idóneo para comprender el origen de los Pirineos.
Fue declarado en 2010 y su gran protagonista es el flysch, sus famosas rocas sedimentarias hoy situadas en vertical. Con la ayuda de su centro de interpretación es un lugar ideal para repasar brevemente los últimos 60 millones de años de historia de la Tierra.
Fue declarado en 2011. Uno no espera encontrar medusas en medio de la sierra pero aquí, cerca de Constantina, es posible. Es el mayor geoparque de Andalucía y su riqueza geológica es enorme. El Cerro del Hierro, una antigua explotación minera, y las cascadas del Huéznar, con sus saltos de agua, son algunos de sus imprescindibles.
Fue declarado en 2015. Aquí sierras y valles se suceden para crear un paraje geológico que envuelve el corazón extremeño de Guadalupe, donde el monte bajo se combina con bosques de robles y castaños. Un lugar donde las rocas nos cuentan historias de hace 580 millones de años y los fósiles inmortalizan el momento.
El Parque Nacional Timanfaya. Geoparque de la Lanzarote y Archipiélago Chinijo. Foto por pixabay.com
Fue declarado en 2015. Cuando los Pirineos se levantaron hicieron desaparecer el mar que cubría todo este territorio y se crearon referentes geológicos como el macizo de Montserrat. Además de sus fósiles y minerales, son imprescindibles las cuevas del Toll y las del Salnitre.
Fue declarado en 2015. Tiene una extensión de 4.000 kilómetros cuadrados y cuenta con importantes puntos de interés geológico, como sus cañones, sus fósiles marinos o el bosque petrificado de la sierra de Aragoncillo. Cuenta con 11 geo rutas señalizadas y el mirador del Tajo es especialmente bonito en otoño.
Fue declarado en 2015. El Hierro es una de las islas más pequeñas de España pero cuenta con la mayor concentración de conos volcánicos del archipiélago canario. De hecho, en 2011 tuvo lugar una erupción submarina en el Mar de Las Calmas. Sus paisajes son pura geodiversidad y pasamos de coladas de lava a bosques nubosos en cuestión de minutos.
Fue declarado en 2015. La isla de Lanzarote es un espectáculo geológico se mire por donde se mire. El Parque Nacional Timanfaya es un básico, pero recorrer La Geria, la Caldera Blanca o el Volcán del Cuervo también son imprescindibles. En pocos sitios del planeta verás un terreno tan joven.
Geoparque de Orígens. Lleida. Foto Jordi Peró
Fue declarado en 2017. En él nos movemos entre Burgos y Palencia y la erosión del agua es gran responsable de los cañones y cuevas que aquí encontramos. Es hogar del Espacio Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón, hay dólmenes neolíticos, yacimientos de la Edad del Hierro y mucha naturaleza para los amantes del deporte de aventura.
Fue declarado en 2018. Este geoparque fue tierra de dinosaurios y las rocas que pisamos nos cuentan historias de hace 550 millones de años atrás. Se han encontrado huesos, huevos y huellas de dinosaurios, pero además es un lugar idóneo para disfrutar de las estrellas y los centros de interpretación nos hablan de los orígenes de la vida.
Fue declarado en 2019. Nos remontamos 500 millones de años y la riqueza del terreno ha recibido explotaciones mineras ya desde tiempo romano. Es tierra de pizarra pero también de senderos que recorren valles, cañones y cumbres entrelazándose con el Camino de Santiago.
Ha sido declarado en 2020. Una variada red de rutas te llevará a conocer este terreno testigo de los últimos 200 años de historia. Hay montañas, cañones, valles y grutas, donde además encontramos importantes yacimientos arqueológicos de arte rupestre. Si buscas pueblos tranquilos, este es el lugar.
Ha sido declarado en 2020. En él encontramos fondos marinos sedimentarios de alto interés geológico y paleontológico. Reúne la mayor concentración de dólmenes de España pero también es famoso por el desierto de Gorafe y por las casas-cueva que aún conservan algunos de sus pueblos. No es de extrañar que este geoparque se conozca como 'La Capadocia de Granada'.
Fuente: eldiario.es
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