Escápate a 10 sitios sorprendentes de Madrid | Planeta Aventura

Escápate a 10 sitios sorprendentes de Madrid

Aunque te la juegues con los ojos cerrados; podrás ir de sorpresa en sorpresa y descubrir bosques, pueblos y monumentos lejos de aglomeraciones

Bosques, cascadas, castillos, lagunas, museos... ¿seguro que conoces todos los rincones de la Comunidad? Estos son algunos de esos enclaves que te gustará descubrir y en los que repetirás aquello de “pero, ¿por qué no vine yo aquí antes?

Desde luego, cuando uno se pone a viajar por Madrid se da cuenta de que es mucho más grande de lo que aparenta y de que guarda muchos lugares inesperados o, al menos, no tan conocidos. 

Valle de la Angostura

1. El valle de la Angostura

¿Sabías que el arroyo de la Angostura es, en realidad, el río Lozoya? Sí, sí, antes de convertirse en un río más caudaloso recibe esa denominación, la misma que el valle por el que discurre, entre Peñalara y Rascafría. El nombre del valle es tan evocador como los paisajes que encontrarás aquí, con decenas de riachuelos, saltos de agua, puentes y miradores que parecen escenarios de película. Y si no apunta por ejemplo este lugar: el puente de la Angostura. Parece de 'attrezzo'pero en realidad lleva ahí unos cuantos siglos pues dicen que lo mandó construir Felipe II para poder ir desde la Granja de San Ildefonso al Monasterio de El Paular.

 

2. La ciudad romana de Complutum

Lo de ‘complutense’ te suena, ¿verdad? Pues viene de Complutum, la ciudad romana del siglo I a.C. que dio origen a la actual Alcalá de Henares y cuyo nombre parece derivar del verbo ‘compluere’ o del término ‘compluo’, que significa confluencia de aguasEsa confluencia sería la de los ríos Henares y Camarmilla. Hoy, una buena parte de la antigua ciudad romana se conoce gracias a las excavaciones arqueológicas. El yacimiento está abierto a las visitas y en él se han descubierto curiosidades como que contaba con muchos jardines con plantas exóticas traídas de oriente (cedros, jazmines, tilos) y animales como pelícanos, que sus habitantes tenían como mascotas. No te pierdas los mosaicos o las paredes decoradas de la llamada Casa de los Grifos. Los domingos se programan visitas guiadas. Te recomendamos que te apuntes a alguna de ellas.

 

3. El Arboreto Luis Ceballos

Está en el Monte Abantos, en San Lorenzo de El Escorial, y es eso, un museo vivo de especies forestales. Nació como lugar enfocado a la investigación, pero ahora es también uno de los rincones naturales más curiosos dedicados a la divulgación y abierto al público. Aquí podrás ver más de 200 especies de árboles y arbustos autóctonos de nuestro país, de todas las Comunidades excepto de Canarias (la razón es que el clima de la sierra de Madrid no tiene nada que ver con el de las Islas y las especies vegetales canarias no sobreviven). Se puede recorrer por libre o a través de una visita guiada en la que no solo nos hablan de los árboles, sino de la importancia de los bosques y nuestra relación ancestral con ellos.

 

4. El Parque Regional del Sureste

Aunque la Sierra suele llevarse la mayor parte de los halagos madrileños, el sur de la Comunidad, que es totalmente diferente, no desmerece en absoluto. Es el territorio de los cursos bajos de los ríos Manzanares y Jarama, y el entorno natural se conoce como Parque Regional del Sureste. El agua es, pues, el elemento predominante, en forma de ríos, lagunas y humedales. Y eso lo hace perfecto, por ejemplo, para realizar actividades relacionadas con la observación de aves. También encontrarás numerosos senderos y áreas recreativas de uso público. En Rivas y en San Fernando de Henares puedes visitar dos centros de Educación Ambiental para conocer más a fondo los valores naturales de este espacio.

 

5. Los puentes de hierro del Jarama

Continuando con todo lo que ofrece la zona del Parque del Sureste te proponemos ahora conocer parte de su patrimonio industrial: los puentes de hierro. Al adentrarnos en el área de las vegas de los ríos y ser ésta una zona más humanizada, aparecen los ejemplos de esa presencia del hombre. Y uno de los más curiosos son los puentes de hierro que cruzan el río Jarama, como el Puente de Arganda, que une esta localidad con Rivas-Vaciamadrid, y el Puente de Titulcia. Estas atractivas moles metálicas tienen mucha historia a sus espaldas. El primero nos podría contar anécdotas como la de los cuadros del Museo de Prado, que pasaron por aquí (unos en camiones y otros, como 'Las Meninas', empujados a mano sobre unos rodillos) cuando fueron evacuados durante la Guerra Civil. El segundo seguro que nos hablaría de las dos riadas con las que el ahora calmado Jarama se lo llevó por delante...

 

 

6. El museo de Falúas Reales

Está un poco escondido en el Jardín del Príncipe de Aranjuez pero sé paciente y búscalo porque el museo del que hablamos guarda algo muy raro y sorprendente: una colección de falúas. Y no unas falúas cualesquiera, no, sino las falúas reales, las que utilizaban los reyes españoles para distraerse en sus ratos de ocio en los palacios. Hablamos de barcos: una falúa es un tipo de embarcación fluvial de recreo similar a una góndola. Las que usaban los monarcas y que se conservan aquí son verdaderas obras de arte, pues ellos no iban a ir subidos en la primera canoa que se terciara, claro. En estas barcas surcaban el Tajo por Aranjuez, el estanque de El Retiro o la laguna de Ontígola, mientras escuchaban música, charlaban o se cortejaban. ¡La belle vie!

 

7. El abedular de Canencia

Nos metemos de lleno en la naturaleza, en el Puerto de Canencia, un paso de montaña de la Sierra Norte, a los pies de la Sierra de Morcuera. Aunque los fines de semana suele haber más afluencia, normalmente es un lugar poco transitado, lo que aumenta su atractivo. Aquí abundan los pinares pero en la zona del Abedular te sorprenderá la cantidad de especies de árboles diferentes: tejos, acebos, helechos, robles melojos, pinos silvestres, abetos de Douglas y, por supuesto, abedules. La primavera y el otoño son las mejores épocas para visitarlo. Puedes seguir una ruta circular señalizada que discurre por entornos tan atractivos como la chorrera de Mojonavalle, una cascada de más de 30 metros. Es cierto que no suele tener mucho caudal pero no importa, siempre resulta impresionante.

 

8. El charco del Hervidero

Seguimos en el entorno de la sierra madrileña, aunque a menor altitud. Esta vez el protagonista es un río, el Guadalix, y en concreto el tramo que llaman las Cascadas del Guadalix o el Charco del Hervidero. Los dos nombres son pertinentes: el río tiene que salvar un corte de roca en su lecho y forma pequeñas cascadas que conducen el agua hasta un remanso (el ‘charco’) antes de continuar su camino. En la ruta que lleva hasta allí verás algunas construcciones como algún tramo elevado del canal del Guadalix o el azud del Mesto, una presa -hoy en desuso- que se construyó precisamente para desviar agua hacia el canal.

 

 

9. El castillo de Villaviciosa de Odón

Tan inesperado es el edificio como su actual uso. Hablamos de un castillo, el de Villaviciosa de Odón, que tiene una historia de lo más singular. Desde que se levantó, a finales del siglo XV, se ha ido reformando y reconstruyendo continuamente porque cuando no lo destruían en una revuelta lo quemaban o lo dejaban en el olvido. Sirvió de aposento a Fernando VI, de cárcel para Godoy, de escuela a los primeros ingenieros de montes de nuestro país y de granero y casa de labor. Actualmente pertenece al Ejército del Aire y aquí tiene su archivo esta institución. Se puede visitar previa petición y aunque sus salas se han convertido en despachos aún guarda muchas curiosidades como algunos pasajes secretos que servían para huir. Si te asomas al pozo del patio de armas verás las escaleras que conducen a uno de ellos.

 

Bodega con tinajas10. La Ruta del Vino de Madrid

También se puede hacer enoturismo en Madrid, claro que sí. Y la mejor manera es seguir las propuestas de la Ruta del Vino de Madrid, recién incorporada a la marca Rutas del Vino de España. Aquí encontrarás de todo para planificar tu viaje: alojamientos, restaurantes, enotecas, tiendas, bodegas visitables y actividades. Los pueblos, las tradiciones relacionadas con el mundo del vino y la gastronomía también forman parte de la escapada. Aldea del Fresno, Brunete, Colmenar de Oreja, Morata de Tajuña, Navalcarnero, Nuevo Baztán, San Martín de Valdeiglesias, Tielmes, Valdelaguna, Valdilecha, Villa del Prado y Villarejo de Salvanés son los municipios que integran esta Ruta del Vino y donde aprenderás cosas como qué son los taninos, el retrogusto o un 'coupage'. Pero no te agobies, que nadie te va a hacer un examen después: ¡el propósito es disfrutar!

 

Fuente: Time Out

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