La fobia –aversión exagerada- a los espacios cerrados o la reacción de angustia que surge ante las situaciones de difícil solución es lo que se conoce como claustrofobia y agorafobia, respectivamente.
Las personas que no sufren este trastorno hacen lo imposible por encontrar los lugares más inverosímiles donde ponerse a prueba. Además están los que no padecen ningún tipo de fobia y hacen una profesión de aventura de ello.
Claustrofobia y agorafobia, dos caras de la misma moneda
Las personas con más niveles de fobia tienen un exagerado sentido del “espacio cercano”, o “espacio personal”, que les rodea. Sin embargo, otras gestionan de forma increíble el recorrido con sus cuerpos a través, por ejemplo, de espacios angostos.
Lo mismo ocurre en situaciones en las que otras personas, la mayoría, nos quedaríamos paralizados como son las grandes alturas. Las órdenes que dirigimos a nuestro cerebro no son cumplidas y el cuerpo no nos obedece.
Si no te mueres de claustrofobia, te curas
El Dudley Caving Club es un curioso club británico con más de 50 años a la espalda. Sus miembros de este selecto club son expertos
Adictos a la adrenalina, urbanos o no
En conclusión, la fobia provoca ansiedad, aumento del ritmo cardiaco, hipocondríaco, vértigo, mareos, sudor, sensación de ahogo, desmayos e incluso paro cardiaco.
Pero, como hemos contado otras veces en Planeta Aventura, la adrenalina es una sustancia generada por el cerebro que puede llegar a provocar adicción.
El climber urbano apodado Mustang , un adicto a la adrenalina generada en situaciones “fóbicas”, escala en este video la Shanghai Tower (Shanghai, China), el segundo edificio más alto del mundo con 650 mts.
Estar cerca del cráter de un volcán
Geoff Mackley es el nombre de un aventurero con más de 25 años de experiencia. Mackley es especialista en inundaciones, terremotos, seísmos, erupciones volcánicas, etc.
En este vídeo podemos ver a este extraño aventurero al borde del cráter de un volcán activo: Mackley, enfundado en un traje especial, soportó durante 40 minutos una temperatura superior a los 2.000 ºC.
El funambulismo extremo
No existe un funambulista en el mundo más extremo que Nick Wallenda. Nick es estadounidense, de origen alemán, hijo del funambulista Karl Wallenda quien murió en un accidente al perder el equilibrio en una de sus demostraciones.
En este vídeo le vemos atravesando el Gran Cañón en 2013 mientras habla con su preparador y su familia le espera al otro lado. Anda un recorrido de 427 metros, a una altura máxima de 455 metros y en un tiempo de 22:54. Todo mientras agradece a “Jesús”, “Dios” y el “Señor”, además de a “Discovery Channel” por “creer en mi”.
El zoólogo Kevin Richardson
Richardson se relaciona con felinos basándose en la intuición. El objetivo de esta relación, que dura años, es difundir el mensaje de conservación y respeto a las especies animales en peligro de extinción.
En el vídeo, Richardson vestido por el diseñador Van Gils, juega al fútbol con un león y dos leonas. El eslogan es No hay puntada, no hay historia haciendo un juego con la palabra puntada (de coser, de cicatriz)
De climbing urbano con Oleg Cricket
Desafiar al miedo desafiando el peligro es la máxima del joven ruso Oleg Cricket. Su especialidad es el climbing urbano.
Si sientes un cosquilleo en las piernas, estás empezando a tener claustrofobia. Si el cosquilleo llega hasta la barriga, has subido un escalón. Si empieza a recorrerte la espalda…, ¡deja de verlo inmediatamente!
Entrada no apta para claustrofóbicos
Si lo tuyo es la claustrofobia, te regalamos como despedida esta potente, estrechísima y angustiosa entrada a una cueva ubicada en Suecia.
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