Porque al final la nieve no es otra cosa que agua precisamente, era inevitable que un amante de los deportes acuáticos buscase nuevos escenarios afines para la práctica de su pasión.
Es el caso de Brian Grubb, wakeboarder profesional que cargó con su tabla de wakeskate hasta Bosnia sin ninguna pretensión más allá que llevarla consigo.
Pero cuando llegó a las montañas de Bjelasnia no pudo resistirse ante el espectacular escenario que se le presentó. Y apelando a la afirmación del inicio: la nieve es agua, comenzó a probar transiciones entre el río y la nieve, realizando impresionantes descensos nunca vistos hasta el momento.
Esta nueva especialidad se basa en surfear literalmente, a imagen y semejanza que en el esquí náutico. La diferencia, además de estar rodeado de nieve es que en este caso, hay un motor que enrolla un cabestrante, el que coge en este caso Grubb para tomar velocidad y “surfear” en la nieve.
Estas montañas se encuentran a 25 kilómetros de Sarajevo, la que fuese sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 1984, es un paraje único para la práctica del que sin duda se convertirá en un nuevo deporte extremo lleno de aventura, emoción, riesgo y diversión: “Snow wakeskate”