En 2019, la Red de Parques Aventura Amazonia está de aniversario pues cumple 15 años de aventuras desde que abrió el primer Parque. Compromiso12Meses es el nombre del proyecto social con el que ha querido celebrarlo.
Compromiso12Meses confirma la voluntad de la Red de Parques Aventura Amazonia y de la Comunidad Aventura Amazonia de contribuir con un pequeño granito de arena con la defensa de la naturaleza; la fauna, la sostenibilidad y los derechos de las personas.
La riqueza de los océanos se estima en 24 billones de dólares, según el último informe hecho público en 2015 por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Ocupa la séptima posición en el ranking de las diez economías de los diez países más ricos del mundo, con un valor anual de bienes y servicios de 2,5 billones de dólares.
Sin embargo, los recursos marinos se están erosionando con rapidez debido a la sobreexplotación, el uso inapropiado y el cambio climático. Más de las dos terceras partes de los «activos» que genera cada año el océano dependen del mantenimiento de «saludables» condiciones.
El colapso de las pesquerías, la deforestación de los manglares y la desapariciónde los corales y de las praderas marinas, sin embargo, están amenazando la ingeniería económica marina, que asegura la vida y el sustento en todo el mundo.
La diferencia entre mar y océano radica en la extensión que poseen, ya que los mares son menores que los océanos, siendo, por lo tanto, parte de ellos. Aparte de lo indicado, los mares son cerrados, mientras que los océanos son abiertos y presentan mayor profundidad.
Los mares y océanos corresponden a las masas líquidas del planeta Tierra que cubren a los continentes, ríos, lagos y lagunas. Son formados por grandes porciones de agua salada y cubren cerca del 71% de la superficie terrestre.
Como tal, los océanos poseen una inmensa superficie de agua salada con corrientes marinas y grandes profundidades; en cambio los mares son masas de agua salada, de menor profundidad y tamaño, ubicándose entre la tierra y los océanos. También, existen los mares como grandes lagos salados, como ejemplo: mar Caspio, mar Muerto, Mar Aral.
Por otro lado, en relación a la profundidad también influye en la temperatura. En los océanos, la temperatura es de menor grado, aproximadamente de unos 4 grados en cualquier lugar. Por su parte, los mares al encontrarse más cerca de la tierra reciben radiaciones solares, y las temperaturas pueden variar, por ejemplo: en el mar Caribe o Mediterráneo las aguas son cálidas y, en el mar del Norte son más frías.
Aunque con el calentamiento global, el volumen de agua de los océanos y mares aumentó en los últimos años como resultado del derretimiento de los polos, algunos mares han sufrido con el proceso de desertificación, afectando a otras áreas del planeta.
Con respecto a la vida marina, sin lugar a dudas en el mar vive una diversidad de especies producto del disfrute de las radiaciones solares, mientras que en los océanos suelen vivir pocas especies animales y vegetales adaptadas a la profundidad y bajas temperaturas, por ejemplo: los peces abisales (pez caracol, tiburón, demonio del mar, pez dragón, etc.)
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Fundada por la ex regatista Theresa Zabell, la única mujer española ganadora de dos oros olímpicos, la Fundación Ecomar tiene como objetivo educar y concienciar, especialmente a los niños, en el cuidado, respeto y conservación de nuestro planeta, y más concretamente de que los mares y océanos sean más azules y transparentes, a través de programas de convivencia practicando los deportes náuticos.
La Fundación Ecomar es pionera en limpiezas de costas con niños. Desde hace 20 años, 365.000 niños han recogido más de 8 toneladas de residuos a lo largo de 80 Km. de costa.
Cada vez más el mar se está llenando de residuos por culpa de los humanos y todos deberíamos ser responsables de lo que generamos. Todo ello afecta nuestro ecosistema marino y hace que el medio ambiente se vea dañado.
Por ello es muy importante que reduzcamos y prestemos atención de los residuos que generamos y que los hagamos llegar al lugar correcto.
También es importante que recojamos toda la basura que veamos en tierra firme y lo llevemos al contenedor correcto para evitar que esta basura acabe en el mar. En Ecomar hemos creado nuestros diez mandamientos que son muy fáciles de seguir y hacen un gran impacto positivo.
Si quieres ser un #voluntarioecomar es muy fácil, rellena el siguiente formulario, sigue estos 10 mandamientos, te enviaremos un carnet de voluntario y podrás participar y colaborar en nuestras actividades. Cuantos más seamos más impacto generaremos y ayudarás a crear un planeta mejor.
Recuerda: Compromiso12Meses. Junio, #MesDeLosOcéanos.
“Si puedo respirar, puedo bucear”. Cuando pronunció esta frase, Sylvia Earle -una de las científicas marinas más importantes de la historia- era una septuagenaria en un excelente estado de forma. Hoy a sus 83 años sigue buceando porque, como el personaje interpretado por Albert Finney en Big Fish, la película dirigida por Tim Burton, es probable que esta oceanógrafa nacida en Nueva Jersey haya sido en otra vida un pez.
Uno grande y hermoso. Libre y fuerte. Exactamente como ella. En 1979, embutida en un traje de buzo tipo JIM descendió 381 metros hasta el fondo marino cerca de Oahu en Hawaii, un récord absoluto con este tipo de equipo que todavía se mantiene. Su proeza hizo que se ganara el sobrenombre de “Her Deepness” (algo así como “Su Profundidad”) en contraposición a “Her Highness” (su alteza) demostrando a un tiempo la categoría de sus logros y la especial habilidad de los anglosajones para colocar alias ingeniosos.
Earle ha pasado sumergida a lo largo de su vida casi diez meses: 7.000 horas repartidas en más de cien misiones. Una auténtica barbaridad que, sin embargo, no le parece suficiente porque ella considera que la verdad -parafraseando una famosa frase de serie de televisión- no está ahí fuera, sino ahí abajo. Por eso no se resigna a que haya todavía lugares que no hayamos explorado: “Existe tecnología para ir a los rincones más profundos del océano.
Al fin y al cabo son solo once kilómetros. Millones de personas vuelan diariamente a once kilómetros de altura. Hemos llevado al hombre a la luna. Hay gente viviendo en el espacio en estaciones espaciales. No hay limitaciones tecnológicas que impidan sumergirse once kilómetros. Es una cuestión de voluntad”. Voluntad que a ella no le falta, tal y como ha demostrado en numerosas ocasiones a lo largo de su vida, lo que le ha llevado a ampliar sus límites.
Así lo hizo, por ejemplo, cuando le negaron la participación en un programa científico por ser mujer: su respuesta entonces fue sumarse a la expedición Tektite II, un proyecto del Gobierno de los Estados Unidos y la NASA para comprobar el impacto físico y psicológico en el cuerpo humano de vivir sumergidos durante períodos prolongados de tiempo. La expedición comandada por Earle tuvo lugar en 1970 y estaba compuesta únicamente por mujeres. Fue un desafío a lo establecido y una demostración -todavía hoy necesaria- de que las barreras que algunos se empeñan en poner a las mujeres son muros que deben (y pueden) ser derribados porque solo existen en sus cerebros.
Desde que siendo solo una niña Sylvia Earle se sumergió por primera vez en el mar, su vida ha estado ligada a los océanos y a su conservación. Y hoy, como ella misma reconoce, protegerlos “se ha convertido en un asunto de máxima urgencia” porque los próximos diez años pueden ser determinantes para lo que ocurrirá, tal vez, durante el siguiente milenio. Esta urgencia a la que se refiere Earle no puede ser afrontada, obviamente, por una sola persona.
Ni tan siquiera por una mujer con la fuerza y visión de esta oceanógrafa. Tal vez la posibilidad se abra con las nuevas generaciones, esas que gracias a la labor de divulgación de personas como Earle aprenden a amar nuestro planeta y se inspiran para dedicarse a su conservación en el futuro. Al fin y al cabo como ella misma aseguraba en una entrevista, dedicarse a la ciencia es una forma se ser siempre un niño: “Esa es la ventaja de ser una científica. Que haces lo que hacen los niños: preguntarte cosas. Es imposible aburrirse”.
Una de las formas en la que puedes ayudar a la Fundación Ecomar a llevar a cabo sus actividades, programas y proyectos es contribuyendo con cualquier cantidad que desees donar.
La limpieza de costas, la publicación de Cuaderno de Bitácora, el programa Grímpola Ecomar para centros náuticos, los Cuadernos del Monitor, así como decenas de actividades de concienciación, eventos y talleres en los que participan miles de niñas y niños y cientos de monitores y voluntarios, son posibles gracias a la contribución de patrocinadores y colaboradores y también por el apoyo económico, y solidario, de muchísima gente anónima como tú.
Puedes realizar tu donación, a través de su página web (mira el enlace Hazte Donante) y también en la cuenta:
Tu donativo en: IBAN ES57 0030 8121 4900 0028 4271. (Pincha aquí)
Este es nuestro Compromiso12Meses de junio. Tu Compromiso, y el de todas y todos los que formamos la Comunidad Aventura Amazonia. ¡¡Apúntate!!
Fuente: El Futuro Es Apasionante, Diferenciador
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