Ya llegaron los Reyes a tu casa y resulta que… ¡sí!, te han traído ese maravilloso “cacharro” que les pediste en unas esperanzadas líneas.
Los Reyes de Oriente, muy deportistas ellos, se han puesto las pilas y han premiado tus buenas notas y comportamiento en casa, y con la naturaleza, con unos regalazos. Indispensables para que practiques unos arriesgados y adrenalíticos deportes extremos.
Un skate
Con un skate se pueden hacer un montón de cosas, y en muchísimos sitios. Nosotros te vamos a sugerir que practiques el downhill skateboarding, una modalidad de descenso en el que se alcanzan auténticas velocidades de vértigo.
El Nueno Downhill se celebra en Nueno (Huesca) desde hace poco. Uno de los campeones españoles participantes, Mikel Echegaray, desciende por un tramo de carretera de 1,5 kilómetros con un 6% de desnivel sobre un street-luge en el que descansa (es un decir) completamente tumbado boca arriba.
Este deportista tiene su record de velocidad fijado en 133 Km./hora. En este vídeo puedes ver como, junto a otros desciende por la colina oscense.
¡Wow, un wingsuit!
Increíble. Cuando lo pediste realmente o pensaste que te lo fueran a traer. En fin, aquí lo tienes. Es precioso. “Voy a volar como los pájaros”, piensas…
Agarras la caja con el wingsuit, la aprietas fuertemente contra tu pecho y sales disparado hacia tu habitación para sentarte delante de tu ordenador. Te dispones a ver el vuelo súper chulo de Alexander Polli, el hombre pájaro, atravesando las Montañas de Roca Foradada en Montserrat (Valencia).
Tristemente, el joven deportista italo noruego de 31 años, falleció un año después al estrellarse contra un árbol en Chamonix (Francia) en los Alpes. Alexander alcanzaba la terrorífica velocidad de 250 Km./hora.
Un Drift Trike, ¡para volverse loco!
Bueno, tú habías dicho vagamente, cuando te preguntaron tus padres, que querías “algo para hacer deporte con los colegas, en las carreteras rurales”. Se lo dijiste para quitártelos de encima. Para tu desolación, sólo hay debajo del árbol calcetines, unos calzoncillos, un sobre con dinero y un libro “¡pero si a mi no gusta leer!”, piensas.
Miguel, tu padre, te coge, bueno casi te agarra, del cuello y te lleva a empujones hasta el garaje donde te sorprende con un bicho bastante molón que nunca habías visto antes. “Es un drift trike” te responde tu padre cuando le preguntas. Y te pone en su smartphone el video de unos chicos canarios de La Palma.
“He estado escuchando ruidos toda la noche que procedían de aquí del garaje. Cuando he bajado por la mañana comprendí que los Reyes habían estado construyendo el drift con lo que fueron encontrando tirado” te dice con sonrisa de pícaro.
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