Arde la Amazonia, se asfixia la Tierra | Planeta Aventura

Arde la Amazonia, se asfixia la Tierra

El drama medioambiental que consume desde hace 3 semanas en forma de fuego la Amazonia, afecta no solo a Brasil y Bolivia sino a todo el planeta. Este artículo expone las razones políticas que lo causan.

 

La Amazonia es la mayor selva tropical del mundo, el gran pulmón y donde reside la quinta parte de las reservas mundiales de agua.

 

El Estado del Amazonas, el más afectado por el fuego, es uno de los veintiséis estados que forman la República Federativa del Brasil. Su capital es Manaos. Está ubicado en la región Norte del país, limitando al noroeste con las Repúblicas de Colombia y Perú y al norte con la República de Venezuela.

 

 

La extensa superficie, con 1.571 millones km², de la selva amazónica comprendida en el estado del Amazonas brasileño lleva ardiendo días. Allí vivenmultitud de tribus indígenas como los Quilombos, comunidades de descendientes de pueblos esclavizados, que luchan por conseguir la propiedad de sus tierras. O los Tembé, los Paiter Suruí, y los os Yawanawá, liderados por las mujeres. 

 

 

Incendios en el Amazonas golpean campaña electoral de Evo Morales

 

El respaldo a Evo bajó al 31 %, está en primer lugar en 5 capitales por apenas tres puntos de diferencia y ocupa el segundo lugar en la mitad

 

La popularidad de Evo está en declive por la inconstitucionalidad de su candidatura y por su responsabilidad en los incendios del Amazonas.

 

En plena campaña electoral en Bolivia, Evo Morales firmó un decreto que permite la quema de zonas protegidas fuera de temporada de «chaqueo», la técnica ancestral para renovar la tierra. El fuego se propagó y ya superó un millón de hectáreas. El mal manejo de la situación ha afectado la campaña de Morales, quien busca su cuarta elección.

 

 

Multitudinarias marchas colmaron las calles de todo el país, en particular La Paz, denunciando al mandatario de ecocidio. Es decir, de matar a la naturaleza por medio del Decreto 3973, que permite quemar las tierras de producción forestal permanente. Dicen frontalmente que los incendios fueron causados por el Gobierno de Morales.

 

«No mienta, hay fuego todavía»

 

En medio de una transmisión el vivo, voluntarios y pobladores en Roboré increparon al ministro de Defensa, Javier Zavaleta, cuando declaró a medios televisivos que los incendios en la Chiquitanía habían disminuido. “No puede ser que allá nos estemos quemando y vos vengas a decir no pasa nada”, “de corazón no mienta, hay fuego todavía”, le dijeron al enfrentar al representante del Gobierno.

 

Gracias a la difusión en redes sociales, los ciudadanos reciben información minuto a minuto por parte de quienes lo han perdido todo debido al decreto de Morales, debido el decreto que permite quemar zonas protegidas de forma permanente.

 

Esto ha afectado la imagen de Morales, pues pasó de tener un 33 % de los votos, según una encuesta revelada por Ipsos en abril, a un 31 % este mes, según la misma encuestadora. Además, en al menos diez ciudades es superado por el candidato y expresidente Carlos Mesa.

 

Con un margen de error del 2,19%, el sondeo realizado en las nueve capitales departamentales más El Alto, indica que el respaldo a los partidos es el siguiente: 31% MAS (Movimiento al Socialismo de Evo Morales), 28% CC (Comunidad Ciudadana con Carlos Mesa como candidato) quien en abril tenía el 25%, 13% BDN (Bolivia Dice No con el senador opositor Óscar Ortiz como candidato a la presidencia) que había obtenido el 8% en abril, 2% MTS (Movimiento Tercer Sistema), 2% UCS (Unidad Cívica Solidaridad).

 

«Bolivia Dice No» reivindica el voto contra la reelección de Morales

 

Cabe señalar que Bolivia Dice No es una coalición que lleva su nombre a raíz del plebiscito que se realizó el 21 de febrero de 2016, donde el pueblo votó mayoritariamente por el No a la propuesta de modificar la Constitución para autorizar una nueva reelección Morales.

 

En vista de que la reelección de Morales es inconstitucional, fue convocada una consulta popular y en las urnas los bolivianos dijeron que no, no quieren que se viole la Constitución y no quieren que Morales vuelva a ser candidato.

 

Sin embargo, quedó en evidencia cómo tras más de una década en el poder Morales ha logrado quebrar con el orden republicano de la separación de poderes, pues el Ejecutivo pasó por encima del poder parlamentario y de la justicia. Morales logró que su interés de relanzarse a la presidencia de Bolivia fuera considerado como su «derecho humano» y «derecho político».

 

 

Al respecto, la ex vocal del Tribunal Supremo Electoral, Dunia Sandoval, denunció las presiones ejercidas sobre los dignatarios para lograr la participación de Morales en las elecciones. Por lo que ella optó por renunciar a su cargo para hacer la denuncia pública.

 

Por su parte, el candidato a la presidencia por el partido Bolivia Dice No, el senador Óscar Ortiz, recriminó públicamente a Morales por la falta de equipos necesarios para enfrentar el siniestro y por su negación de declarar emergencia nacional.

 

Desde junio que Ortiz denuncia el uso de aviones y helicópteros del Estado en beneficio de Evo y sus amigos. Además, otros opositores sostienen que en lugar de gastar en vehículos de lujo para él y sus amigos, Morales debió haber invertido en embarcaciones de rescate.

 

Ante la falta, Bolivia tuvo que pagarle a una empresa de EE. UU. para que un Supertanker rocíe con agua a los bosques enardecidos. “Los tres vuelos diarios del Supertanker son insuficientes. El fuego se extingue con labores de tierra”, reclamó el candidato Ortiz, quien insiste en la necesidad del ingreso al país de “cuerpos internacionales de bomberos forestales especializados”.

 

Reprocha, además, la tardanza de Morales, ya que el presidente indicó que recién el miércoles se evaluará el tema de la ayuda internacional.

 

Solo tres puntos de ventaja en las grandes ciudades

 

Por eso ahora la prensa local incluso anuncia que habrá una segunda vuelta electoral, luego de las elecciones de octubre y en segunda instancia Morales sería derrotado por Mesa.

 

Sin embargo, en la oposición no ven del todo alentador ese panorama. Dado que Mesa es acusado de ser oposición controlada, ya que fue gestor del decreto supremo que declara amnistía a todos los que ayudaron en el golpe de Estado a Gonzalo Sánchez de Lozada el año 2003, entre ellos a Morales.

 

Mientras tanto, surge como tercera fuerza a nivel nacional el candidato Ortiz, que es la primera fuerza en la ciudad de Santa Cruz con el 29 %, seguido por Mesa con el 22 % y Morales en el tercer lugar con el 20 %.

 

A raíz de la intensificación de los incendios forestales, todos los partidos recortaron el presupuesto de campaña públicamente para donar esos fondos a apagar el siniestro. De modo que la campaña está en pausa.

 

Luego del miércoles 28 de agosto, cuando Morales anuncie qué hará respecto al fuego se sabrá si logra recuperar su popularidad o si bajará aún más.

 

Bolivia también se quema: así tratan de apagar los incendios con ayuda internacional

 

Pese a que la atención internacional de los incendios en la Amazonía se ha centrado en Brasil, en Bolivia el fuego ha consumido 1.2 millones de hectáreas, devastando a su paso bosques, pastizales y fauna. Mientras el gobierno de Evo Morales se abrió a la cooperación internacional, la sociedad civil trata de organizarse para canalizar la ayuda.

 

El paisaje en el parque Ñembi Guasu es desolador. Se trata de un área del Chaco boliviano que alberga a indígenas ayoreos no contactados y que fue declarada reserva ecológica en mayo pasado por su importancia internacional y la diversidad de su fauna y flora. Un armadillo avanza asustado por un paraje carbonizado. Entre las cenizas del que era su hábitat solo destacan los troncos de unos árboles pelados que sobrevivieron al fuego.

 

Según le dijo el veterinario Jerjes Suárez a la agencia Reuters, el animal se quedó ciego por el calor, pero tuvo más suerte que otros. En las orillas de los caminos desolados también se pueden ver los cadáveres de otros roedores y mamíferos que trataron de huir de las llamas, pero acabaron vencidos por el humo de unos incendios que ya han arrasado con al menos 1.2 millones de hectáreas en el oriente de Bolivia.

 

Además de haber destruido el parque Ñembi Guasu, el fuego también está consumiendo el Bosque Seco Chiquitano, un ecosistema excepcional en el mundo situado entre la Amazonía y el Chaco.

 

Unos 5,000 miembros de las fuerzas armadas, la policía y los bomberos trabajan sin descanso coordinados por seis ministros que prácticamente se fueron a vivir a la zona desde hace una semana, mientras un avión cisterna 'Supertanker' que llegó desde Estados Unidos ha logrado frenar el avance del fuego hacia las fronteras con Brasil y Paraguay.

 

Según los últimos datos provistos por el gobierno, los focos de calor en la Amazonía y la Chiquitania se han reducido de 8,000 a 1,038, pero ese número es variable, ya que, mientras unos se apagan, aparecen nuevos en áreas dispersas debido a los fuertes vientos.

 

Y mientras el gobierno de Evo Morales finalmente aceptó la ayuda internacional que inicialmente se negaba a recibir, la sociedad civil trata de organizarse para llamar la atención del mundo sobre los incendios que también arrasan Bolivia para recaudar fondos y canalizar la ayuda.

 

Bolivia se abre a la cooperación

 

Inicialmente, Morales fue blanco de críticas por decir que no era necesaria la ayuda internacional, pero este fin de semana terminó aceptándola e instruyó a la Cancillería y al Ministerio de Defensa canalizar las colaboraciones.

 

No es solo el Amazonas de Brasil: en Bolivia los incendios han arrasado cientos de miles de hectáreas

 

"Bienvenida la cooperación, sea de organismos internacionales, sea de personalidades, como también sea de presidentes", afirmó el presidente, quien también decidió declarar una pausa en su campaña para las elecciones de octubre próximo en las que buscará su su cuarta reelección.

 

Hasta ahora, la cooperación económica para Bolivia de parte de los organismos internacionales suma 650,000 dólares, informó Morales, mientras que el vicepresidente Álvaro García Linera agradeció a Perú por el préstamo de dos helicópteros, cada uno con capacidad para cargar 3,000 litros de agua.

 

Esas aeronaves se suman al avión cisterna SuperTanker, Boeing 747, que desde el viernes participa en las tareas de extinción junto a cinco helicópteros de la Fuerza Aérea Boliviana, varias avionetas, 42 cisternas y 209 vehículos para transportar bomberos y voluntarios.

 

Según García Linera, las operaciones del SuperTanker con capacidad para 75,000 litros de agua costarán un millón de dólares, que son pagados con recursos del Estado.

 

Bolivia, además, contratará tres helicópteros especializados en apagar incendios, uno de ellos de doble hélice para transportar 12,000 litros de agua y los otros dos con una capacidad de transporte 4,000 litros cada uno.

 

“Estamos recibiendo ayuda internacional y, bienvenida. Va a llegar gente y nos sentimos agradecidos, pero fundamentalmente es nuestro esfuerzo como bolivianos”, dijo el vicepresidente.

 

La sociedad civil se organiza

 

Sin embargo, la sociedad civil no quiere permanecer con los brazos cruzados ante la tragedia ecológica que vive su país y tanto dentro como fuera de Bolivia se están organizando para canalizar la ayuda.

 

Ese es el caso de José Raúl Bolívar, un piloto y empresario boliviano que residió por 18 años en EEUU y que está aprovechando sus contactos en ese país y sus conocimientos de aviación para movilizar las donaciones y gestionar el envío de un segundo SuperTanker para sumarse a las labores de extinción de los incendios.

 

"Estamos juntando dinero en este momento para el segundo tánker que queremos llevar. Ya tenemos un convenio hecho con el operador que tiene un DC-1030, que es un avión con capacidad muy parecida al 747 y lo estamos tratando de llevar como apoyo para poder seguir ayudando", le dijo a Univision Noticias.

 

Según Bolívar, además de aportes económicos para la movilización de ese avión, principalmente de bolivianos residentes en Estados Unidos, Europa y otras partes del mundo, también están recibiendo ayuda de bomberos en diferentes lugares de EEUU que están donando equipos usados para enviar a Bolivia, además de medicamentos para llevar a los residentes de las zonas afectadas.

 

El empresario asegura haber conseguido ya 120,000 dólares en donaciones para la movilización del segundo avión cisterna y dice tener los permisos del gobierno que, asegura, también se comprometió a pagar el combustible y los retardantes de fuego que se lanzarían.

 

Sin embargo, apunta, una operación de esas características es sumamente cara, ya que solo la movilización del avión tiene un costo de $45,000 diarios más $12,500 por hora operada.

 

Univision Noticias solicitó al Ministerio de Defensa su versión de las gestiones adelantadas por Bolívar, pero la institución no pudo entregarla hasta la publicación de esta nota debido a que el ministro de Defensa, Javier Zabaleta, se encontraba trabajando en las operaciones contra los incendios en la zona destruida, indicó su oficina de prensa.

 

La compañía Global SuperTanker Services, que opera el avión cisterna ya enviado al país, le confirmó a Univision Noticias que Bolívar fue una de las primeras personas que se puso en contacto con ellos para gestionar el envío del avión cisterna que finalmente contrató el gobierno boliviano.

 

El empresario busca ahora fondos para el envío de un segundo avión porque, dice, la tristeza de ver la tragedia ecológica es indescriptible.

 

"Hay una tensión enmudecida: se siente la pena, la amargura de la gente, el no poder hacer nada es realmente difícil", asegura. "Lo único que quiero es ayudar a la gente. Que la gente esté bien y que se pueda parar el fuego porque están muriendo animales, plantas y se está perdiendo lo más valioso".

 

Por su parte, el gobierno de Morales ha declarado "una pausa ecológica" consistente en prohibir la venta de tierras en la zona destruida y agregó que también podrían considerarse otras medidas, además de la realización de un plan post incendio para lograr la rehabilitación de la zona.

 

Los ambientalistas han denunciado que, junto con la sequía que afecta a esa área del país, una de las causas del descontrol del fuego es que el gobierno autorizó la colonización de tierras en el oriente del país y que los colonos provenientes de la zona andina no pudieron controlar el fuego provocado para limpiar sus parcelas.

 

Lo que nos enseña el desastre natural en la Amazonia

 

La supremacía del más fuerte y el silencio mediático a los pueblos indígenas pueden destruir el planeta.

 

El mundo entero es testigo de cómo la Amazonia es arrasada por el fuego que se propaga sin tregua a través del continente americano. Pero esta no es la única consecuencia de un gobierno que alardea con favorecer a la extracción de recursos antes que la preservación de la vida.

 

Otra gran culpable del desastre natural que se vive es la poca atención que las autoridades y los medios brindan a las personas que habitan en dichas localidades, a los pueblos indígenas. Una voz silenciada con la excusa de la supuesta falta de educación de sus habitantes o de su supuesto poco entendimiento de lo que significa desarrollo.

 

Desde la invasión occidental en América, los pueblos indígenas se han visto relegados de toda clase de derechos. Con el tiempo y con la convergencia cultural, las nuevas naciones lograron hacerse con autonomía, pero el racismo prevaleció y logró extinguir a muchas culturas autóctonas que se mantenían vivas. Unas intentan hasta hoy convivir con los cambios de la era moderna; mientras que otras, víctimas del expansionismo extractivo, evitan el contacto con sus potenciales verdugos.

 

 

Entonces ¿Por qué no promovemos el derecho a la libertad de expresión a cientos de pueblos indígenas? ¿Cuál es la dificultad? Para Jorge Agurto, comunicador intercultural y director del Servicio de Información Intercultural (Servindi) entre los grandes problemas que enfrentan los pueblos indígenas en América, hay tres aspectos que afectan directamente el ejercicio de sus derechos:

 

El sistema educativo: La carencia de docentes en lenguas indígenas y la falta de una educación adaptada a la cosmovisión y contexto de los estudiantes. Esto los lleva a un nivel de exclusión e invisibilidad gigantesco.

 

La discriminación: Desde la conquista hasta nuestros días, los pueblos indígenas sufren de racismo y discriminación. Esto empuja que muchos de ellos, por vergüenza o presión social, dejen de lado su cultura, hasta el punto de negarla.

 

La concentración de medios de comunicación y escasez de medios comunitarios: En países como Perú, los medios comunitarios son casi inexistentes (según los últimos datos alcanzan solo el 1.1% del espectro electromagnético), lo que impide la práctica de las lenguas indígenas y la expresión de sus hablantes. Esa es una de las razones principales por las que los medios no hablan de lo que sucede en la Amazonia: porque no están allí.

 

Es este último punto del que más se ha hablado en redes sociales. La poca información que se difunde sobre los pueblos indígenas y su entorno nos aleja cada vez más de ellos. Solo cuando el desastre se hace irreversible, los medios de comunicación hablan del tema, mismas aves carroñeras, buscando sacarle jugo a la tragedia. Quizás hacen esto porque la catástrofe climática “vende”, quizás porque la extinción de la naturaleza es “mediática”, pero luego la vuelven a olvidar, porque la lucha de los pueblos autóctonos no vende; pero la muerte, sí.

 

Y es que aún estamos lejos de poder comprender a estas culturas milenarias. Muchos de los pueblos indígenas que luchan por preservar sus tierras son juzgados con una visión occidental dominante, “avasallante y unidireccional”. Esto, según Agurto responde a que sus interlocutores no buscan el diálogo y menos la comprensión del otro o del distinto. En conclusión, nos falta desarrollar una comunicación intercultural, algo que muchos pueblos indígenas lo ejercen desde siempre.

 

 

Lo que conocemos de ellos es gracias a su vez a los comunicadores indígenas, “agentes comunitarios que tiene vocación de servicio y que usan la comunicación como herramienta social de cohesión cultural”. Estas son personas comprometidas con dar voz a sus comunidades, a pesar de no tener capacitación para el manejo de sus escasos medios de comunicación, por ejemplo. Aún así, ellos están allí, librando una batalla desigual con la industria mediática que los ignoran.

 

“Si no estás informado en tu propia lengua, no participas de la vida política, de la vida nacional”, es lo que manifiesta no solo Jorge Agurto, sino también la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Por eso, con el fin de unir fuerzas en todo el continente, entre el 10 y 12 de octubre de este año, diversas organizaciones indígenas y especialistas en comunicación intercultural participarán en el Encuentro Internacional de Comunicación Indígena, que se llevará a cabo en el Cusco (Perú). Los pueblos indígenas ya han empezado a alzar su voz, y nosotros tenemos el deber de escucharlos y apoyarlos en su lucha, en nuestra lucha contra la destrucción de la naturaleza en nuestro mundo.

 

Bolsonaro redujo los fondos y la capacidad de actuación de la agencia ambiental desde que llegó al poder. Los fondos para la prevención y control de incendios del Ibama han disminuido un 23%

 

En un momento en que la atención mundial está puesta en los incendios que están arrasando la selva amazónica en Brasil, el Gobierno de Jair Bolsonaro está debilitando a la agencia encargada de proteger el bosque tropical, según entrevistas con diez empleados y ex trabajadores, registros públicos y una revisión de informes gubernamentales.

 

Bolsonaro no ha ocultado su desdén por el organismo público, conocido como Ibama, al que ha criticado públicamente como un obstáculo para el desarrollo del país.

 

Desde que asumió el cargo el 1 de enero, el presupuesto de Ibama se ha reducido en un 25% como parte del ajuste del cinturón en todo el Gobierno, según datos internos del gobierno recopilados por el partido opositor PSOL y compartidos con Reuters. Entre los recortes: la financiación para la prevención y el control de incendios forestales se redujo en un 23%.

 

El nuevo liderazgo de Ibama también ha dificultado que la agencia tome medidas enérgicas contra la tala ilegal, la agricultura y la minería, que han destruido casi 12.000 kilómetros cuadrados en el Amazonas este año, según han contado a Reuters todos los empleados y exempleados.

 

Por ejemplo, se ha restringido la capacidad de agentes de campo para destruir equipos pesados en la escena de delitos ambientales, una antigua táctica para frenar a los acaparadores de tierras, han contado cinco personas.

 

 

Además, un cuerpo de elite de policías forestales de Ibama no ha visto acción en el Amazonas este año, por primera vez desde que se creó la unidad fuertemente armada y altamente capacitada hace cinco años, según cuatro de las personas familiarizadas con el asunto.

 

Los agentes especiales han estado limitados en gran medida al trabajo de escritorio, han precisado las fuentes, o se les asignaron tareas de campo lejos de los puntos calientes en la selva tropical.

 

Menos castigos contra delincuentes medioambientales

 

Por otra parte, el castigo de los delincuentes ambientales ha bajado notablemente durante el Gobierno de Bolsonaro. Hasta el 23 de agosto, el número de multas de Ibama cayó un 29% en comparación con el mismo período del año pasado, mientras que el valor colectivo de esas sanciones bajó un 43%, según estadísticas gubernamentales.

 

Los empleados de Ibama enviaron una carta el 26 de agosto a Eduardo Bim, presidente de la agencia, expresando su "inmensa preocupación por cómo se está llevando a cabo la política ambiental en Brasil".

 

La carta, a la que accedió Reuters y firmada digitalmente por más de 400 empleados, enumera seis cambios que los trabajadores consideran que necesitan Ibama y otros organismos ambientales, incluidas nuevas contrataciones, dinero suficiente para el trabajo de cumplimiento y autonomía.

 

El Ministerio de Medio Ambiente de Brasil, que supervisa a Ibama, no ha querido hacer comentarios sobre recortes presupuestarios y otros cambios en la agencia. Un portavoz dijo a Reuters el 14 de agosto que los gobiernos anteriores tenían la culpa de las dificultades de Ibama que, según él, incluían equipos de mala calidad y oficinas de campo mal cuidadas.

 

Dicho portavoz sostuvo que Ibama sigue siendo un actor importante en los planes del Gobierno para combatir los incendios en la Amazonia. El Ministerio ha dicho anteriormente que toma en serio su papel en la protección de la selva tropical y que la deforestación ilegal sigue tratándose como una actividad criminal.

 

La política ambiental, en el punto de mira

 

Las políticas ambientales de Bolsonaro han sido objeto de un intenso escrutinio en los últimos días, ya que las imágenes del fuego en la Amazonia han generado indignación internacional y preocupación por las consecuencias para el calentamiento global.

 

Los ecologistas denuncian que ganaderos y agricultores brasileños están incendiando intencionalmente el borde de la jungla para expandir sus operaciones ilegalmente, envalentonados por el mensaje pro desarrollo y anti regulación de Bolsonaro.

 

"Más allá de incitar, él (Bolsonaro) ha desmantelado sistemáticamente todos los órganos estatales que hacen cumplir la protección ambiental", afirma Alfredo Sirkis, director ejecutivo del Centro Climático de Brasil y cofundador del Partido Verde del país.

 

El ministro de Medio Ambiente de Bolsonaro, Ricardo Salles, en un evento inmobiliario el lunes, dijo que los impulsores de la deforestación, como la minería ilegal, han existido durante décadas y no comenzaron con el Gobierno actual. "La pobreza es el gran problema del medio ambiente", afirmó Salles, quien no respondió a una solicitud de comentarios de Reuters.

 

Ibama emplea a aproximadamente 780 agentes de vigilancia, uno por cada 11.000 kilómetros cuadrados del territorio de Brasil que debe ser vigilado, según las cifras. Casi la cuarta parte de ellos pueden ser pasados a retiro en cualquier momento, según el informe.

 

Mientras tanto, Brasil está perdiendo el equivalente a un campo y medio de fútbol de selva tropical cada minuto en la Amazonía.

 

 

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