En el planeta existen varios ejemplares que datan de más allá de la época de Jesucristo, muchos aún entregando frutos y en perfecto estado de conservación.
Se cree que en el planeta existen alrededor de 70 mil especies de árboles, eso sin contar a las miles de cruzas creadas en laboratorio. Por milenios han sido testigos silenciosos del auge y caída de imperios, civilizaciones y millones de vidas, sobreviviendo a cambios climáticos y la acción depredadora del hombre. ¿Cuál es el árbol más antiguo existente? ¿Es posible visitarlo? ¿Entrega aún sus frutos? El sitio Mother Nature Network recopiló los 10 ejemplares más antiguos del planeta, cada uno con su propia historia.
Una de las especies originales de pino Bristlecone más antiguas existentes en el planeta. Se sitúa dentro del Bosque Nacional Inyo en California, aunque por motivos de seguridad su ubicación exacta se mantiene en secreto. La razón tiene que ver con que en 1964, un árbol conocido como Prometeo fue cortado por un investigador y con la autorización del Servicio Forestal de EE.UU., cuando tenía 4.900 años de edad. Es por ello que los visitantes sí pueden acceder libremente al recinto, pero no son capaces de adivinar qué árbol es el correcto.
De acuerdo a los investigadores, este ciprés ubicado en la provincia de Yazd, en Irán, tiene al menos 4 mil años y no sólo es el ser vivo más antiguo de Asia, sino que es considerado un monumento nacional en su país.
Ubicado en un cementerio de la iglesia de San Dygain en la aldea Llangernyw del norte de Gales, este tejo fue plantado en algún momento de la Edad de Bronce y aún sigue creciendo. En el año 2000 fue designado como uno de los 50 grandes árboles británicos.
Se cree que además del pino Bristlecone en Norteamérica, los Fitzroya Cupressoides (conocidos también como alerce) son la segunda especie más antigua existente en el planeta. Muy comunes en el área de los Andes en Chile y Argentina, la explotación de los especímenes más viejos surgió entre los siglos 19 y 20. Sin embargo, se sabe que el ejemplar vivo más antiguo posee 3.640 años.
Utilizado como punto de referencia para los indios Seminola en Estados Unidos, este ciprés fue considerado el más antiguo de su especie y debe su nombre a una senadora que donó el terreno en 1927. Aunque a través de su existencia sobrevivió una gran cantidad de huracanes (en 1925 uno de estos fenómenos redujo su altura en más de 12 metros), un incendio intencional en junio de 2012 terminó por destruirlo.
Ubicado en Brasil, este ejemplar no conífero de la especie Cariniana Legalis tiene alrededor de 3 mil años y es considerado un objeto sagrado. Aun así, se encuentra amenazado por la acción del hombre en Colombia, Venezuela y el mismo Brasil.
Uno de los siete olivos del Mediterráneo que cuentan con 2 a 3 mil años de antiguedad. Ubicado en la isla de Creta en Grecia, increíblemente aún produce aceitunas, lo que se explica por las características de su especie: resistentes a la sequía, fuego y enfermedades. De hecho en 2012 se descubrió que ocho olivos del Jardín de Getsemaní, el lugar en Jerusalén donde según la biblia Jesús rezó antes de ser crucificado, se mantenían intactos.
Es el más antiguo de la especie Cryptomeria en la región de Yakushima, en Japón. Con 25 metros de altura, varios expertos determinan su edad entre 3 y 7.200 años, ubicándolo como el árbol más antiguo del planeta, aunque oficialmente "sólo" tiene más de 2 mil años.
Situado a cinco kilómetros del Monte Etna en Sicilia, es el mayor y más antiguo ejemplar de castaño en el mundo. La leyenda cuenta que un grupo de cien caballeros se vio atrapado bajo una feroz tormenta eléctica, cobijándose bajo su frondoso y enorme cuerpo. Posee el récord Guiness por la mayor circunferencia encontrada en un árbol: 190 metros.
Considerado el sequoia más antiguo existente, también es el árbol viviente más grande del mundo, con 83,4 metros y un diámetro de 7,7 metros. Se ubica en el Parque Nacional Sequoia en California y conserva su título gracias a que a mediados de 1940 el Crannell Creek Giant fue derribado, siendo al menos un 25% más grande.
Fuente y fotos: Latercera y The Mother Nature Network