“No dejarlo todo para última hora” es la consigna más repetida en las días / semanas previas a la Vuelta al Cole, y con demasiada frecuencia se nos olvida que las niñas y los niños necesitan tomarse su tiempo para afrontar con éxito cualquier cambio. Por eso, aunque el regreso a las aulas es inminente, hemos creído pertinente dedicar un pequeño espacio a recordar esas rutinas que poco a poco retomaremos.
Tampoco vamos a ser rígidos o inflexibles y pretender que el primer día de colegio los peques hayan dormido sus ocho horas y estén desayunando equilibradamente, mucho menos que recuerden los conceptos adquiridos durante el curso anterior o las operaciones matemáticas. Nuevamente es preciso tomar consciencia de la etapa evolutiva por la que atraviesan, y es que la niñez es un período de continuos cambios, transformaciones y adaptaciones, en el que no siempre encajan las expectativas de los adultos. Pero al fin y al cabo hemos construido una sociedad que les exige unos mínimos, así que vamos a encontrar el equilibrio, por su bienestar y comodidad.
Estos consejos son de especial interés para mamás y papás de alumnos en Infantil o Primaria, ya que al llegar a Secundaria, pese a que el horario de las clases empieza antes, los chicos ya están atravesando la adolescencia, y la arquitectura del cambio se modifica, dificultando (entre otras cosas) que se duerman a una hora prudente.
Cada niña / o es un mundo y no todos necesitan las mismas horas de sueño, pero nos debemos plantear un mínimo de 9 e ir adaptando los horarios a los ritmos de nuestros hijos. Dormir lo suficientemente facilita el descanso nocturno, ayuda a recuperar energía e incluso se relaciona con una correcta asimilación de conocimientos. Y si seremos flexibles con los tiempos de cada cual, también tenemos que poner límites en el uso de dispositivos electrónicos por la noche.
La alimentación en edad escolar debería ser equilibrada, incluyendo alimentos de todos los grupos, y excluyendo en lo posible los cereales y azúcar refinados, alimentos procesados y exceso de proteínas. Recientemente los nutricionistas nos desmintieron uno de los mitos mejor asentados: “el desayuno es la comida más importante del día”, pero en cualquier caso, el desayuno ideal dependerá de cada niño, aunque no por ello tienen derecho a escoger alimentos insanos. Y las comidas diarias se repartirán preferentemente en 5: desayuno, almuerzo del cole, comida, merienda y cena.
Dispondremos de menos tiempo para dispensar amor y atención a las emociones, pero no es un tema a descuidar, por lo que las horas que estemos junto a los niños deben estar enfocadas a escucharles, transmitirles seguridad y permitir una comunicación fluida en la que todas y todos podamos aportar con libertad y sin juicios.
El juego debería ser la actividad central en la vida de todo niño menor de 12 años, pero no lo es, y lo verdaderamente alarmante es que existan tantos peques que durante el calendario escolar, apenas dispongan de tiempo para juego libre y no dirigido, quedando la planificación de su existencia en manos de calendarios, agendas y relojes. Tengamos sentido común porque son muchos los beneficios que se obtienen al jugar, merece la pena replantearnos la necesidad de clases de repaso, actividades complementarias y extra escolares, en pro de un mayor crecimiento personal y una socialización fluida con los iguales.
Lo demás vendrá casi solo, estando sujeto quizás a negociaciones familiares: horarios de estudio / tareas, salidas en el caso de los adolescentes, uso de las pantallas en días escolares, etc. Y ahora queda desearos un curso productivo y feliz.