Coincidiendo con el inicio del nuevo curso escolar, nos sorprendía una noticia en un colegio de Málaga: debido a una gestión deficiente con el servicio de comedor escolar, las niñas y los niños disfrutaron por un día de comida rápida consistente en hamburguesa y patatas fritas. Digo disfrutaron porque seguro que no esperaban que les recibieran así en los primeros días de escuela, ¡ni que estuvieran de cumpleaños!
Aunque obviamente esta no es una opción saludable, de hecho resultar ser bastante inusual porque las empresas que gestionan el servicio de cocina para colectividades, tienen la suficiente profesionalidad como para atender a los principios básicos de la nutrición. Así, un menú escolar está proporcionado y contiene alimentos de varios grupos, de forma que el aporte de nutrientes esté equilibrado. No en vano se trata de población de entre 3 y 12 años, personas en desarrollo, cuya salud debe ser cuidada.
Lo que ocurrió fue un problema relacionado con los puestos de trabajo para el comedor de ese colegio, y aunque estoy segura de que no se va a volver a repetir, los incidentes relacionados con la falta de personal, o la cobertura de las ausencias, son un ‘plato’ habitual en las escuelas. En cualquier caso, y sin desmerecer el gran trabajo que realizan los comedores escolares, me he preguntado ¿qué pasaría si una de las opciones para las familias fuera llevar la comida de casa?
Ya hace unos 5 años, en plena crisis económica, algunas Comunidades Autónomas propusieron un modelo mixto para los comedores escolares: las familias que no pudieran pagar el precio del servicio, y tampoco disfrutaran de becas, podrían optar por preparar una fiambrera para que sus hijos la llevaran a clase y comieran a mediodía. Sin embargo, en estos casos también nos tenemos que preguntar si es una alternativa segura, entre otras cosas. A modo de curiosidad, ofrecemos algunas pautas básicas.
Es muy importante organizar menús semanales, porque no es buena idea ponerse a preparar a última hora, de lo que podría derivarse una nutrición deficiente. Por otra parte, la cantidad debería ser adecuada a la edad de los niños, y a las cantidades de comida que suelen ingerir. Resulta más sencillo y efectivo para ti, recurrir al plato único, pero con presencia de diferentes grupos de alimentos; por ejemplo arroz con verduras y un huevo duro + fruta de postre. Ten en cuenta que en el colegio suelen darles también a los peques un trozo de pan y / o ensalada, según lo que se coma cada día, así que tú también puedes complementar en casa. Los postres lácteos están permitidos, pero no a diario.
Otro aspecto muy importante es que la comida del medio día, es una de las 5 comidas del día, una de las 3 más importantes. Quiero decir con esto que no es la única, y en consecuencia el resto se deben preparar y ofrecer para que el conjunto sea un menú diario equilibrado. Variar las técnicas de cocción, y utilizar varias de ellas en la semana, asegura que la comida resultará más atractiva y apetitosa para tus hijos.
En este apartado, quiero recordar que en el mercado hay muchos modelos de fiambreras compartimentadas que sirven no solo para mejorar la presentación, sino para evitar que los alimentos se mezclen innecesariamente (ensalada con pan, por ejemplo).
En este artículo de OCU tienes algunos consejos adicionales. Esperamos que toda la información que te hemos dado sea muy útil para vosotros.