Cada año es lo mismo, pero la repetición no significa que la adaptación a la escuela los primeros días de clase vaya a ser más fluida...En cuanto finaliza agosto, los padres lo tendrán (casi) todo organizado; y los niños sentirán una leve punzada en el estómago, o en el corazón, quizás en ambos, pues intuyen que el tiempo de jugar libremente sin limitación y de no preocuparse por tareas y organización llega a su fin. Y sí, la rutina nos va bien a todos, especialmente cuando nuestro organismo acumula la ansiedad por hacer 'mil cosas a la vez' y fatiga por irnos a dormir cada día a una hora y no tener regularidad; sin embargo esta forma de explicarlo es demasiado racional, para muchos alumnos no es convincente, a pesar de esos valientes que se atreven a ponerse sonriendo delante de las cámaras en las crónicas televisivas sobre los primeros días de clase.
Para ti como profesor tampoco va a ser fácil: en pocos días (desde el primero de septiembre) revisarás la programación de aula que te dejaste hecha, pensarás en cada uno de tus alumnos y decidirás que no te vas a centrar sólo en la prueba de nivel o en comprobar si se les han olvidado las cosas; además vas a provocar risas contándoles una divertida historia sobre tus vacaciones, o harás que olviden la comezón, planteando algún tipo de juego o dinámica grupal. Sé que no es lo mismo ser maestro de Infantil, especialmente si este año te tocan alguno de los dos cursos inferiores, que de cuarto curso de Primaria, los objetivos son distintos, la autonomía de los alumnos también; todos sentirán añoranza de las tardes de playa y los refrescos en la terraza del apartamento, pero en general los primeros tendrán más dificultades en 'estar' pues necesitan la cercanía de la familia. La recomendación más extendida es que (puesto que ya tienes el curso más o menos estructurado) disfrutes de los primeros días con tus alumnos, y te permitas aprender con sus experiencias; que pienses que tienes todo mucho tiempo por delante y que conseguirás lo que te propongas.
Sabes (y en alguna entrega anterior de este newsletter te lo hemos recordado) que maestros y familia forman un equipo indisociable: con objetivos comunes respecto del progreso de los niños, y mucho que aportar a la otra parte. Y como lo sabes también entenderás las dudas de las mamás y los papás, el estrés sobrevenido debido a la fase de preparación de ropa, libros, materiales, etc., y su propia incertidumbre hacia el cambio que supone la nueva situación.
Puede que mandaras deberes, o que dieras recomendaciones, probablemente ni siquiera tengas intención de verificar el cumplimiento de las tareas... el verano es para descansar, ¿no lo habían dado ya todo durante los 9 meses anteriores? Además en esto también hay muchas opiniones divididas: desde los especialistas que abogan por mantener unos mínimos con un pequeño esfuerzo diario; hasta lo que afirman que de todas formas en el transcurso de la vida 'lo que no se practica se olvida'. Independientemente del mantenimiento de destrezas y conocimientos con los que vuelven al colegio tus alumnos, el regreso a las aulas les zarandea y los percibirás inquietos, despistados, desanimados, desganados; o quizás ilusionados por todo lo que vivirán en el nuevo curso, contentos de encontrarse con sus compañeros... En cualquier caso no infravalores el impacto que en sus vidas supone la adaptación al cambio: la mayoría de los niños menores de 9 años no pueden verbalizarlo, pero se les nota. Además deben interiorzar un ritmo muy diferente al que tenían en vacaciones.
Por todo ello es muy importante que propicies un ambiente positivo en el aula: dales seguridad para que se sientan acompañados, minimizando así las expresiones más negativas de su estado emocional (rebeldía, pasividad...). Cada vez se habla más de incorporar la educación emocional en la dinámica de las clases, nosotros creemos que será más importante entender y atender las emociones que educarlas, puesto que todos tenemos derecho a expresar; y los niños tienen el doble derecho a que alguien les guié en una 'expresión saludable', es un trabajo arduo que no debería recaer solo en los profesores, para eso tenéis a las familias de vuestros alumnos. En breve abordaremos este tema, permanece atento a nuestro próximo envío.
Como podrás observar en el listado siguiente, los alumnos entrarán de nuevo a clase con una mezcla de sentimientos variados, te encontrarás de todo, y eres una referencia para todos: el primer paso es comprenderles, antes de empezar a guiarles y los aprendizajes y de ponerles metas:
Seguro que eres de los / de las que creen que el periodo escolar se debería en cierta forma revestir de placer por el aprendizaje, e innovas apoyándote en las TIC, o técnicas procedentes de pedagogías modernas. Además sabes 'escucharles' (una actitud en desuso a pesar de su importancia) para mejorar la comprensión; y respetarles, a la vez que exiges respeto. En cualquier caso es el momento de renovarte con nuevas ideas, las cuales encontrarás por doquier (más abajo te ponemos una web de referencia). Los primeros días (dedica a ello al menos un par de jornadas) son ideales para consensuar normas en asambleas, establecer sistema de delegados; y también para divertiros con dinámicas de romper el hielo o para cohesionar el grupo.
Por cierto, sobre cómo cohesionar un grupo de alumnos, hablaremos en la entrega del nuevo mes, ahora nos centramos en tres dinámicas "rompehielos" fantásticas que distenderán el ambiente y os harán pasar un buen rato; no olvides que todos los procesos que empiezan 'con buen pie' tienen buen pronóstico.
Tras la toma de contacto, toca aterrizar en la realidad del currículo, utilizando estrategias adaptadas para que los alumnos progresen; a la vez que se comunica a la familia lo que se espera de ellos y se les pide colaboración. Ánimo con ese nuevo curso que tienes delante, lo vas a conseguir.
Fuentes
Imágenes:
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knittymarie:
https://www.flickr.com/photos/knittymarie/4803569724/
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woodleywonderworks:
https://www.flickr.com/photos/wwworks/ 5073552229/
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goldberg:
https://www.flickr.com/photos/goldberg/2847237324/