Cómo ayudar a estudiar a un niño de 6, 7, 8, 9 ó 10 años

Cómo ayudar a estudiar a un niño de 6, 7, 8, 9 ó 10 años

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Ante el aumento de las tasas de fracaso escolar en nuestro país, a familias y equipos docentes se les plantean nuevos retos, pues ya no estamos en una época en la que “da igual si un alumno supera o no la escolarización”. La enorme brecha existente entre trabajo cualificado / trabajo no cualificado, la devaluación de algunos itinerarios y el propio hecho de estar inmersos en la sociedad de la información y el conocimiento, obligan a prestar mucha atención a los procesos educativos individuales. Esto último no sólo se debe hacer mediante evaluaciones individuales o diagnósticas, sino ofreciendo a los alumnos herramientas para progresar y obtener buenos resultados académicos.

Ahora mismo asistimos a una contradicción: las TIC han hecho acto de presencia en la vida de los niños de Primaria y de Secundaria, pero no se han visto acompañadas de una evolución en las metodologías de enseñanza. Así, puntualmente vemos como hay profesores que aprovechan los smarphones de los alumnos con finalidad educativa, mientras que en la mayoría de centros educativos aún se enseña y se aprende con métodos clásicos. Es por eso que, mientras provocamos que el cambio se materialice, es necesario que los alumnos sepan estudiar interiorizando conceptos y aprendiendo a expresarlos.

Un mal resultado académico no significa fracaso escolar, ni está relacionado con la capacidad intelectual de un niño. Sí puede responder excepcionalmente a la presencia de diferentes trastornos del aprendizaje, pero en muchas ocasiones se deberá a una falta de concentración o no conocer las técnicas de estudio. Estas técnicas permiten gestionar mejor los conocimientos, y a la vez optimizar el tiempo dedicado a realizar tareas o estudiar. Se trata, sobre todo de “estudiar mejor”, tarea que puede ser asumida por la familia, pero que ante las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, debe ser asumida (a veces casi en exclusiva) por la escuela.

A menudo los padres se preguntan “¿cómo ayudar a estudiar a un niño de 6 años que apenas ha empezado la Primaria?” “¿seremos capaces de guiar a un niño de 10 años que ya está en quinto de Primaria?” De alguna forma, los docentes son los encargados de ofrecer pautas básicas, como lo son de entrenar a los niños en técnicas de estudio, pero solo se trata de guiar (a padres e hijos) pues al suplir funciones, de alguna forma se podría llegar a inhibir la autonomía de los protagonistas del aprendizaje.

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Ya se ha comentado que organizando bien el tiempo de estudio, y sabiendo estudiar, ya se está luchando contra el temido fracaso escolar, incluso cuando se trata de niños con necesidades especiales (como las Altas Capacidades) a los que se deben ofrecer refuerzos por otras vía, pero sin evitar que tengan contacto con el hábito y el esfuerzo. Los siguientes, se consideran pilares sobre los que se sustentan las técnicas de estudio:

Control sobre los factores internos y los externos.

Por factores externos (o ambientales) entendemos el lugar que se dedica a estudiar y el ambiente: el primero debe ser silencioso, estar ventilado y a temperatura ambiente; los muebles posibilitarán una posición recta y espalda apoyada. Por otra parte es muy importante el orden, y la disposición cercana de elementos necesarios. Sin olvidar la buena iluminación (preferentemente natural) desde el lado contrario a la mano que escribe, para evitar las sombras.

Y los factores internos no dependen de la organización, sino de la personalidad, de las capacidades, y de la influencia de otras personas. Los hay estables (habilidades específicas, inteligencia); y variables (motivación, autoconcepto, concentración)

Sobre algunos factores internos también se puede influir, sobre todo si se conoce al alumno. Transmitir confianza y exigencia a la vez son garantía de éxito.

Un hábito no es más que una conducta repetida, hasta ser interiorizada y asumida, para mejorar el estudio y la realización de tareas es necesario que las conductas dispersas pero efectivas se repitan, de esta forma, y con el tiempo, el esfuerzo será menor, y las resistencias de los estudiantes también. Además saber estudiar, entre otras cosas, garantiza emplear menos tiempo en hacerlo, y para los niños, es muy importante, ya que les permite jugar y dedicarse a sus hobbies o actividades complementarias.

Respetar la vida de niño es fundamental cuando se piensa en "cómo ayudar a estudiar a un niño de 8 años".

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Cómo ayudar a estudiar a un niño pequeño.

Entre los 6 y los 10 años, hay una serie de recomendaciones generales:

Cómo ayudar a estudiar a un niño de 6 y 7 años.

Los esfuerzos se centrarán en alcanzar la lectura comprensiva y soltura en los cálculos matemáticos básicos a esas edades (sumas, restas y multiplicaciones); se puede trabajar en la retención de unos pocos conceptos básicos. Es muy importante controlar la atención y conseguir concentración durante el tiempo dedicado a estudiar que entre los 6 y los 7 no será excesivo.

Se pueden utilizar refuerzos como crucigramas sencillos y otros juegos de palabras, así como actividades de lógica para mejorar la competencia matemática

La lectura diaria es fundamental para ganar en soltura expresiva, y para dominar de forma natural la ortografía.

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Cómo ayudar a estudiar a un niño de 8 y 9 años.

A partir de Tercero de Primaria, los contenidos adquieren mayor complejidad y se necesita dedicar más tiempo a preparar un examen, además de eso, es conveniente que los alumnos aprendan a empezar a estudiar 2 o 3 días antes, para adquirir la costumbre de preparar con antelación (esto con el tiempo les beneficiará).

Divisiones, fracciones, clasificación del mundo animal, conceptos avanzados de lengua,… Es la edad en la que, además de avanzar en la lectura comprensiva, se puede aprender a hacer esquemas sencillos, que ayudarán a retener contenidos, y prepararán para el subrayado, uno o dos años más tarde. Ayuda mucho disponer de recursos complementarios como regletas matemáticas o aplicaciones específicas. Los profesores con interés pueden ofrecer a través del blog de clase: consejos, webs de interés, experimentos, iniciativas de colaboración.

Cómo ayudar a estudiar a un niño de 10 años.

Los niños de quinto curso de Primaria, deben gestionar volúmenes importantes de tareas, proyectos y estudio. Si se ha trabajado la lectura en los años anteriores, las dificultades para entender textos, ya han sido eliminadas. Los niños a esa edad pueden empezar con la técnica del subrayado, y deben entrenarse en el trabajo grupal.

Es necesario evitar la recarga en las actividades extraescolares y complementarias, por aumentar el tiempo diario que se dedicará a deberes y estudio. De esta manera podrán disponer de vida familiar y lúdica al margen de “lo académico”.

Lo que es seguro, es que actuando sobre la planificación y enseñando técnicas de estudio, se provocará un cambio en las siguientes situaciones:

Por ello es tan importante ayudar a estudiar a los niños.

Imágenes:

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